Mariana
Creo que el sentimiento más bello qué me he traído la práctica de shibari en mi vida ha sido la conexión, ya sea que practique autoamarre yo sola y conecte conmigo, con mi cuerpo, con mis necesidades –Sí necesito apapacho me lo doy, sí necesito atención, y si estoy sintiendo ansiedad. Creo que es algo que no se muestra tal vez en las fotos a las qué podríamos tener acceso en las redes dentro del tabú qué engloba shibari. Esta parte donde la persona que amarra se amarra y se brinde esos momentos y ese espacio, a veces puede ser ansiedad, puede ser tensión, estrés lo que sea, sentir esa tensión de las cuerdas en la piel, las marcas y los besitos que van dejando es liberador.
Quisiera en algún momento tener la posibilidad más allá de tomar un taller, de auto regalarme una sesión de suspensión. todos tenemos nuestros sueños shibari , eso creo. Pero bueno, mientras logró llegar a esa meta también creo que voy esparciendo mis a mi alrededor involuntariamente al tener esta práctica también salpica a los demás personas. Lo comparto mucho en redes sociales a veces subo algunas fotos de amistades qué me permiten que los amarre y me permiten compartir sus imágenes.
He aprendido mucho Gracias a shibari sobre los límites, el respeto, el consentimiento.
Es para mí algo muy mágico y muy hermoso ese momento de conexión qué se puede tener contigo mismo o con otra persona a través de la práctica de las cuerdas, más allá de que sea algo muy estético fotográficamente hablando, visualmente hablando, o que pueda llevarse por el rumbo del erotico.
Para mí ha sido una revolución en mi vida, en mi forma de pensar, en mi forma de interactuar con otras personas
y es algo que yo recomiendo mucho, es una práctica que la verdad sería muy bello qué más personas lo conocieran y lo vivieran porque es un momento muy íntimo qué puedes tener de mucho contacto, de mucho respeto.
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